La mala alimentación en adolescentes
La mala alimentación en los adolescentes es la causa de
muchas de las enfermedades que actualmente se presentan como son la Hipoglicemia, Diabetes, Gastritis,
Enfermedades de tipo mental, Enfermedades
Gastrointestinales, Anorexia, Bulimia, Cáncer Intestinal y Anemia. Por
eso es importante crear una conciencia social acerca de una alimentación
balanceada, de igual forma es importante orientarlos para no aceptar la
influencia total de la publicidad, la cultura de la imagen perfecta y la propia
influencia tanto familiar, como social.
¿Cuáles son los
principales factores que influyen en la mala alimentación?
*INFLUENCIA PUBLICITARIA:
Televisión, radio,
panorámicos, prensa, Internet entre otros
*INFLUENCIA SOCIAL:
Colegio, amigos, centros comerciales etc.
*INFLUENCIA FAMILIAR:
Padres, hermanos,
primos, tíos, pareja
Los factores que
influyen directamente sobre la alimentación son: disponibilidad de alimentos y
hábitos alimentarios, como primordiales. Las empresas alimentarías conocen
estos elementos y dirigen sus campañas publicitarias a influir sobre hábitos y
prestigio social, ignorando conocimientos nutricionales.
Y las consecuencias de la mala alimentación son:
Mala regulación menstrual (en las mujeres)
Debilitamiento de la estructura osea (los huesos)
Orientación negativa para un futuro como madres o padres,
por la falta de calcio y energía en el cuerpo
•Repercución psicológica para el desarrollo de un futuro, en
los diferentes ámbitos
Problemática en las relaciones sociales
¿Cómo se dan este tipo de problemas?
Los adolescentes
conocen y manejan el
ciberespacio, buscan la felicidad inmediata. No necesitan un lugar especial
para comer. Llaman al servicio a domicilio comen en su lugar de trabajo, sobre
un escritorio, con papeles, notas y apuntes, mientras pulsan el teclado.
Otro grupo de menor edad y poder adquisitivo (ambos padres
salen a trabajar) sólo atina a calentar salchichas y comerlas sentado en el
sillón de la sala viendo televisión, desde la que promueven la salida
del malestar mediante objetos externos o sustancias salvadoras (cerveza,
cigarrillos, automóviles) o transgresiones alimentarías para luego tomar un
energetizante y sentirse mejor, o la bebida de cola que siempre le hará
disfrutar.
En el área de alimentación, lo económico tiene un gran peso.
La venta masiva, uniformada, idéntica, antes mecanizada, ahora robotizada,
abarata costos.
Existe otro mundo de
alimentos en el que se puede descubrir riquezas de aromas, texturas y sabores.
Recuperar sensaciones gustativas olvidadas en ambientes más apacibles, más
saludables, con menos velocidad.
La realidad actual
nos lleva a recuperar él hábito de cocinar y comer en el hogar como una
necesidad económica imperiosa: la revalorización de las comidas caseras, con
productos locales y de estación en recetas culinarias típicas. Esto acrecienta
la identidad y rasgos culturales propios, recupera la biodiversidad.
La producción y
conservación típicas de alimentos favorece el desarrollo de microeconomías de
regiones actualmente marginales con altos índices de desocupación. Esta
propuesta puede transformar en parte el universo aburrido, donde el grueso de
la población consume las mismas galletitas, similares fideos, quesos con gusto
a papa, carnes con gusto a nada, tomates con sabor a fibras insípidas de
laboratorio, frutas con maduración de refrigeración con incierto gusto.
¿Qué tanto influye el
servicio a domicilio en este problema?
Muchos jóvenes resuelven rápido y fácil sus almuerzos o
cenas: llaman a algunos de los números telefónicos de imanes que ofrecen
comida, los cuales están pegados en la puerta del refrigerador. A los pocos
minutos, otro adolescente que, montado en su moto, esquivó autos, peatones y
semáforos, les entregará una pizza, una hamburguesa con papas fritas, soda o un
jugo artificial para saciar su estómago. No les importa demasiado de qué manera
les llegue el alimento, ni tampoco cómo lo coman: sin cubiertos ni servilletas,
sin mantel y tomando directamente de la latita.
La alimentación insalubre y la falta de actividad física
fomentan un rápido aumento de la obesidad entre los jóvenes. Muchas muertes
prematuras se deben a comportamientos iniciados en la adolescencia, incluidos
la adopción de malos patrones alimenticios.
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